Denia y Torremolinos, el primer Metaverso.
El término Metaverso, junto con el de Avatar, aparecieron por primera vez en 1992 en la novela Snow Crash (Neal Stephenson). Pero a lo que se refiere, yo creo que surgió mucho antes, en los años 60 del siglo pasado. En esos años vendieron a nuestros padres lo maravilloso de tener, además de su casa en la ciudad, otra en la playa o en el campo. Aquello era su Metaverso. El Metaverso Denia, Torremolinos o Miraflores de la Sierra. Allí se evadían los fines de semana o en vacaciones. Era entrar en ellos y dejaban sus preocupaciones a un lado. Cambiaban incluso de apariencia, parecían otros. Avatares de ellos mismos con chanclas y gorras, más felices y desinhibidos.
Pues bien, hoy cambia el lugar. No estará a 300 km, estará a un click, pero lo que la gente buscará es lo mismo. A partir de ya, nuestra segunda vivienda, ante la imposibilidad real de tener una en el mundo real, estará en el Metaverso. Ya se están comprando y vendiendo parcelas. Y también estará nuestro otro coche, y nuestras otras zapatillas de serie limitada, y esa cazadora exclusiva… El Metaverso, que lo sabrá todo (porque lo sabrá todo de nosotros), nos dirá:
– “Hola, Tom ¿quieres un coche?”
– “Ya tengo uno”.
– “Ya, ya sé que tienes un Tucson de 6 años en tu garaje de Wisconsin, pero también sé que te flipan los Ferrari ¿quieres uno para recorrer el Metaverso?”.
– “¡Vale!”
– “Pues afloja e-coins”.
Obviamente el Ferrari de Tom no costará lo que un Ferrari real (de momento) pero será una manera de que Tom pueda fardar de un coche que, en el mundo real, ni se planteaba. A su vez, Ferrari, puede monetizar su imagen en este otro mundo y seguir vendiendo exclusividad para los que estén dispuestos a gastar sus criptomonedas en el Metaverso.
Mundos separados. Mundos conectados.
La interconexión de los dos mundos será un hecho. Si ya nuestros gustos están monitorizados en la vida real, lo mismo ocurrirá, pero a mucha mayor escala, en el Metaverso. Ese flujo de información circulará en ambas direcciones. El Metaverso será un espejo de nuestros gustos, deseos y aspiraciones. Y eso es una información valiosísima para poder impactarnos también en el mundo real y viceversa. También surgirán nuevos dispositivos que conecten ambos mundos. Gadgets que nos sumerjan cada vez de una manera más profunda y realista en ese mundo (Gafas VR, plataformas de desplazamiento 360º, trajes con sensibilidad táctil y de presión, dispositivos de olor, traductores simultáneos en tiempo real en todos los idiomas…). Poder tener una experiencia total dependerá del dispositivo que tengas y de tener la última actualización.
«Las marcas de tecnología invertirán millones en I+D y también en publicidad para conseguir posicionarse como la mejor entrada al Metaverso».
Una vez dentro, al principio, tendremos acceso gratuito a cosas básicas, pero si quieres ser “alguien” en el Metaverso, tendrás que pasar también por caja, por e-caja. Hoy ya es una realidad. Lo hemos visto en juegos como Fornite, donde ya puedes comprar skins con ropa de Balenciaga para ser “diferente”. O en Roblox, donde ya hay un universo Vans. Y esto ya no para.
El Metacomprador
Está claro que un metacomprador o varios (no creo que haya límite en los avatares que puedas tener) nacerá dentro de cada individuo del primer mundo. Millones de personas multiplicadas por “n” avatares que estudiarán una carrera, irán a conciertos, jugarán al golf y, por supuesto, comprarán y comprarán. Comprarán arte en NFTs, coches, libros, casas, viajes a mundos fantásticos, skins para cambiar su aspecto…
El Metaolvido
Por eso, y esto es una reflexión que dejo aquí en mitad del artículo un poco apocalíptica, creo que con el Metaverso abandonaremos definitivamente a 2 tercios de la humanidad. Alguien ha decidido que es más fácil/rentable/rápido crear otro primer mundo consumista que solucionar las necesidades básicas del tercero para que se convierta en un mercado con capacidad de poder consumir como el primero. Para ellos será el Metaolvido, la Metainjusticia y el Metanomeimportasunamierda.
La Metaagencia
En el Metaverso, las marcas estarán presentes por todos lados, ya no solo en los medios convencionales (habrá vallas, mupis, videos…), estarán flotando delante de ti mientras caminas o patrocinarán un dragón que escupe vodka con naranja. Al principio cualquier anuncio asombrará, pero a medida que nos acostumbremos (que será rápido), necesitaremos tirar, como siempre, de la creatividad para destacar en un universo tan lleno de estímulos. La creatividad será fundamental y sus posibilidades se multiplicarán hasta el infinito, pero, en definitiva, tratará de hacer lo que siempre ha hecho. Eso sí, en un mundo nuevo, con un lenguaje nuevo, nuevos medios y unas reglas nuevas, aun por escribir y por legislar.
En cuanto a las agencias, se crearán departamentos de Metaverso y también veremos surgir sucursales de las multinacionales dentro de él. Veremos pronto, estoy seguro, una Innocean Meta. Una agencia abierta 24h porque sus trabajadores vivirán repartidos por todo el mundo (real) y harán turnos según su huso horario. Compañeros que estarán a miles de kilómetros pero que quedarán, como siempre se ha hecho, a tomar algo en el bar virtual de debajo de la agencia después del trabajo.
En definitiva, nada nuevo y todo nuevo.