Los datos están en todas partes y su análisis nos hace comprender más fácilmente muchas situaciones, estudiar nuestras acciones y orientar la toma de decisiones para conseguir mejores resultados.
El desarrollo de la tecnología ha facilitado el análisis de datos en muchos ámbitos, también en el mundo del deporte y en especial, en el ciclismo. Son numerosas las compañías tecnológicas que han desarrollado dispositivos como GPS, pulsómetros o potenciómetros que hacen que la actividad de cada ciclista sea monitorizada en todos los parámetros posibles como la velocidad, la distancia, el ritmo cardiaco, la potencia generada en cada pedalada, los metros que asciende en cada ruta o el porcentaje de inclinación de cada puerto.
Todo este volumen de datos ayuda a ciclistas y entrenadores a optimizar esfuerzos en los entrenamientos para lograr sus objetivos deportivos. Si hablamos del mundo de la competición, esto cobra mucha más importancia a la hora de tomar decisiones en carrera en grandes vueltas como el Tour de Francia, que tendrá lugar durante este mes de julio.
Hablando de una prueba de la magnitud del Tour de Francia, los datos ya no solo están a disposición de los equipos y corredores, sino también a disposición de la carrera, la prensa y, por consiguiente, de los aficionados para comprender con mucha más facilidad lo que ocurre dentro del pelotón en tiempo real.
En este sentido, la organización de la competición instala bajo el sillín de los corredores unos dispositivos localizadores que recopilan la información de carrera, la envían a los vehículos oficiales y, de esta manera, es transmitida a los medios de comunicación que emiten la prueba.
Esta innovación ha llevado a un cambio de paradigma en el ciclismo de alta competición y surge el debate de si esto ha acabado con el ciclismo tradicional, en el que las decisiones de equipo eran tomadas en el autobús previamente a las pruebas. Los ciclistas actuaban por sensaciones y se jugaba con el factor sorpresa.
En el nuevo modelo de ciclismo moderno y con el análisis de los datos al acceso de todos los equipos, las decisiones son tomadas en tiempo real y cada ciclista sabe en cada momento las acciones que debe llevar a cabo para lograr sus objetivos, lo que hace que haya que enfocar la estrategia desde otro punto de vista.
De cualquier manera, llegados a situaciones de tensión extrema, los ciclistas vuelven a la épica tradicional, respaldados por el conocimiento y análisis de los datos y hacen que el espectáculo esté asegurado.