Lo cierto es que hoy he venido a hablar de mi libro. Sí, queridos lectores. Como diría Lady Whistledown, hoy vengo a contaros cómo la publicidad engatusó a una periodista.
Cuando empecé la carrera de periodismo, mi idea era clara: comunicarme con el resto del mundo. Hice un máster en periodismo de investigación con la misma convicción. Pero la vida me llevó por otro camino cuando, durante mis prácticas en una agencia de publicidad, descubrí que comunicar no es solo escribir en un periódico, salir en la tele o hablar en la radio, sino que hay otras formas de hacerlo. Y una de ellas son las redes sociales.
Seguí cogiendo experiencia y descubriendo el fascinante mundo de la publi. Anuncios, campañas o acciones como la cuarta temporada de Sex Education de Netflix en Argentina o Play To Inspire, de Pepsi me atrajeron cuál polilla hacía la luz. Y ya estaba, la publi me tenía colgando en sus manos, como se tenían Marta Sánchez y Carlos Baute. Y es que, si lo pensamos, muchísimos de nuestros recuerdos han sido creados gracias a la publicidad, ¿quién no recuerda las tardes en casa de los yayos jugando a los hipopótamos Tragabolas con los primos?
Una vez dicho esto, habrá mucha gente que se pregunte qué demonios hacemos en redes sociales, ¿Quizás un par de fotitos chulas y pal Insta? No, y menos mal.
Trabajar en redes es un reto constante, pero también es un mundo fascinante. Cada post, cada interacción, cada campaña tiene un impacto. Lo que más me gusta de mi trabajo es que nunca te aburres. Casi no hay rutinas fijas, siempre hay algo nuevo que aprender. A veces toca planificar estrategias de contenido para las próximas semanas, analizando tendencias y datos. Otras veces, es día de evento: asistir, captar contenido en tiempo real y asegurarse de que todo lo que ocurre se comunica de forma efectiva. Y luego, hay días que somos bomberos y apagamos fuegos.
La velocidad es clave, pero también lo es la estrategia. No se trata solo de publicar por publicar, sino de construir una comunidad, de entender qué quiere el usuario y de conectar con él de la manera adecuada. Y luego está la parte de gestión de crisis, porque en redes cualquier comentario puede escalar rápido, y hay que estar lista para reaccionar con cabeza fría.
Ahora que lo estoy leyendo todo junto, hasta puede resultar agobiante, a veces lo es, pero lo que disfruto de mi trabajo, no tiene nombre. Y me siento super afortunada por ello.
Por Yahiza Carrera Gómez – Digital Account Executive
